La etapa más importante para que un niño aprenda y desarrolle el lenguaje es entre los dos y los tres primeros años de vida. De hecho, la mayoría de los niños comienzan a aprender a hablar y adquirir el lenguaje en torno a los seis meses de edad. Los niños aprenden a hablar imitando los sonidos y las palabras que escuchan de sus padres y las personas de su entorno. Si no oye correctamente no aprenderá bien y su desarrollo será más lento.
Los niños con pérdida auditiva que son diagnosticados y reciben tratamiento de forma temprana desarrollan mejores habilidades del lenguaje que los que no son tratados o se hace en etapas posteriores. Por ello es muy importante detectar cuanto antes si existe algún problema de audición en los niños.
¿Cómo detectar problemas de audición en niños?
Generalmente a la mayoría de los bebés se les realiza una prueba auditiva antes de darle el alta del hospital. Pero si por algún motivo a tu bebé no se le ha realizado esta prueba, solicita a tu pediatra realizar una revisión auditiva durante los primeros meses de vida.
Aunque el resultado de la revisión auditiva sea normal es importante estar atentos durante su crecimiento a determinados síntomas que pueden evidenciar un problema de audición en el niño.
- La mayoría de los recién nacidos se sobresaltan ante un ruido inesperado a su alrededor (golpe, una llamada telefónica, etc.).
- Se calman o sonríen cuando se les habla.
- A partir de los seis meses si no estás en su campo visual te buscan con la mirada cuando les hablas.
- Entre los seis y los nueve meses son capaces de vocalizar la palabra “mamá”.
- A partir de los seis meses comienzan a balbucear y a emitir una gran variedad de sonidos.
- A partir de un año el niño es capaz de responder cuando se les llama por su nombre y también a cumplir órdenes simples.
- De uno a dos años empiezan a unir palabras simples «quiero agua».
- A partir de los 4 años pueden contar lo que les pasa.
- Entre los 4 y 5 años pueden mantener una conversación sencilla y comunicarse fácilmente con otros niños y adultos.
Detectar problemas de audición de forma temprana en los niños es fundamental para poder tratarlos a tiempo y que afecten lo menos posible a su desarrollo. Si crees que tu hijo podría tener una pérdida auditiva, no lo dudes, llévalo a un centro auditivo para que le realicen un estudio de su oído.