Una de las soluciones que se utilizan con más frecuencia para contrarrestar la pérdida de audición son los audífonos. Los audífonos se encargan de amplificar y procesar los sonidos con el objetivo de compensar las deficiencias auditivas. No deben confundirse con los aparatos amplificadores de sonidos, que únicamente se encargan de amplificar los sonidos ambientales sin compensar las deficiencias auditivas.
Los audífonos, a diferencia de los aparatos amplificadores de sonidos, son productos sanitarios destinados a personas que presentan un problema de audición y tienen que ser prescritos por un médico especialista en salud auditiva y ser adaptados específicamente para cada persona por un audioprotesista.
Un audífono por dentro
Básicamente los audífonos reciben el sonido a través de un micrófono que transforma las ondas sonoras en señales eléctricas. Dichas señales son transmitidas a un amplificador que potencia la señal y las canaliza al oído a través de un auricular.
Existen distintos tipos de audífonos que difieren entre sí en el tamaño, donde van colocados (dentro del oído o detrás de la oreja) y según el grado de amplificación. De esta forma están los audífonos Retroauriculares (BTE o mini BTE; RIC o RITE), Intrauriculares (ITE) e Intraconductos. Estos últimos pueden ser de tipo Intracanal (ITC); los que van insertados completamente en el canal (CIC), y los denominados audífonos invisibles (IIC). Dependiendo de las necesidades específicas de cada persona y la pérdida auditiva será recomendable un tipo de audífono u otro.
En general todos los audífonos constan de los siguientes componentes básicos:
- Un micrófono que capta la señal acústica y la convierte en señal eléctrica.
- Un amplificador que procesa y amplifica la señal eléctrica procedente del micrófono y la transmite al auricular.
- El auricular que convierte la señal eléctrica procesada y amplificada en una señal que se transmite al oído del usuario.
- La batería que proporciona la fuente de energía del audífono. Suele tratarse de una pila recargable.
- Control de volumen. Algunos modelos de audífonos incluyen una rueda o pulsador para controlar el volumen. En algunos casos puede ajustarse incluso por control remoto.
En todos los modelos de audífonos es necesario que el audioprotesista lo ajuste específicamente a cada usuario según su pérdida auditiva, hábitos y forma del oído. Para que el audífono funcione de forma correcta es esencial la adaptación del mismo. Igualmente en el Centro Auditivo donde adquiera su audífono le explicarán como debe realizar su limpieza y mantenimiento para mantener el audífono en buen estado y prolongar al máximo su vida útil.